Cneoráceo, gnomo, mnemotecnia, pneuma, ptolomeico… No, no se me ha escurrido ningún dedo al escribir esas palabras. Son palabras con doble consonante en español y que siguen reglas silábicas de las lenguas de donde proceden. En estos casos, la primera consonante de la pareja suele ser la muda, como ocurre con los grupos cn-, gn-, mn-, pn-, ps-, pt- y ts-. Por eso, la Ortografía de la Lengua Española se ha esforzado en reducir esta doble consonante al inicio de palabra. ¡No todo iba a ser difícil cuando hablamos de ortografía!
La OLE estableció en 2010 que las palabras con doble consonante en español pueden escribirse sin ella por coherencia fonológica: si no las pronunciamos, ¿por qué íbamos a escribirlas? Es decir, que lo mismo da escribir psicólogo que sicólogo, pseudónimo que seudónimo, gnomo que nomo… La simplificación gráfica de estos grupos consonánticos dobles ha operado tradicionalmente en la ortografía española. Recordemos que, en español, suele primar el criterio fonológico sobre el etimológico. Sin embargo, la simplificación no se da con la misma frecuencia en todos los ámbitos del lenguaje. ¿Sabes qué palabras admiten la doble forma?, ¿y cuáles solo una?
Si no lo tienes muy claro, este artículo de La Lengüeta puede ayudarte.
Palabras con doble consonante en español: el grupo «cn-»
El grupo inicial «cn-» aparece en el nombre de taxones botánicos o zoológicos. Se han creado a partir de palabras o raíces de origen grecolatino: cneoráceo, cnidario y cnidoblasto. Aunque la grafía etimológica es la mayoritaria, se consideran también válida la fonética: neoráceo, nidario, nidoblasto, etc. También comienzan por cn- algunos topónimos de la antigua Grecia: Cnido o Cnosos. Al tener condición de nombres propios, no se admite la simplificación gráfica. Por tanto, serían incorrecto escribir en su lugar *Nido y *Nosos, respectivamente.
¿Gnomo o nomo?: el grupo «gn-»
Este grupo inicial aparece en cultismos de origen grecolatinos, como gnetáceo, gnómico, gnomo, gnomon —y su derivado gnomónico—. También entrarían en esta lista todas las voces formadas a partir del término griego gnôsis: gnosis, gnóstico, gnosticismo y gnoseología. Habría que sumar a este grupo gneis y su derivado, gnéisico. Aunque el uso culto prefiere las formas etimológicas, se admite la grafía fonética: neis, netáceo, nomo, nomon, nosticismo, etc. Solo el término filosófico gnosis y sus derivados gnoseología y gnoseológico no admiten su escritura sin g-.
¿Mnemotécnico o nemotécnico?: el grupo «mn-»
Este grupo inicial está presente en la familia de voces formadas sobre la palabra griega mnéme (‘memoria’). De ahí salen mnemónico, mnemotecnia, mnemotécnico, etc. Para todas ellas se admite tanto la doble consonante como la grafía fonética: nemónico, nemotecnia, nemotécnico. Aquí no hay excepciones: todas admiten la doble consonante al inicio de palabra y su reducción a una sola.
Palabras con doble consonante en español: el grupo «pn-»
Este grupo es el más particular y más escaso. La doble consonante solo se mantiene en la escritura del cultismo de origen griego pneuma cuando se emplea en el ámbito filosófico con el sentido de ‘aliento racional que informa y ordena el universo’. No obstante, fuera de ese contexto, la p- debe desaparecer: cuando esa palabra significa ‘aliento, espíritu’, así como en el específico de ‘signo usado en la notación musical antigua’, se emplea normalmente la grafía fonológica neuma.
Muchas voces del español que antes se escribían con pn- ya han quedado fijadas sin la primera consonante: neumático, neumococo, neumología, neumonía, neumopatía, neumotórax, etc. ¡Tener una *pneumonía es síntoma innegable de cultitis, así que cuídate de ella!
«El siguiente avance en la mnemotecniasurge durante siglo XVI, donde encontramos un sistema muy similar al método del abecedario, pero en el que se han sustituido letras por números» – Luis Sebastián, Breve manual de mnemotecnia
Palabras con doble consonante en español: el grupo «ps-»
El grupo «ps-» aparece en posición inicial en numerosas voces cultas formadas sobre palabras griegas que comienzan por la letra griega psi. Así, surgen psicastenia, psicología, psicomotor, psicomotriz, psicotécnico, psiquiatra, etc. También se encuentra en este grupo el elemento compositivo pseudo- y presente en palabras como pseudociencia o pseudónimo, o psoriasis, que procede de psora (‘sarna’).
Salvo en las formadas por el elemento compositivo (p)seudo-, donde ya se han impuesto las grafías sin p- —seudónimo, seudópodo son las variantes preferibles frente a pseudónimo o pseudópodo—, el uso culto sigue prefiriendo las grafías etimológicas con «ps-». Sin embargo, se admiten las variantes gráficas con reducción a s-: sicología, sicosis, siquiatra, soriasis…
En este grupo, jamás pueden perder la p- estas palabras: psiquis, psique, psoas, psi, psicoquinesia y psicokinesia.
Palabras con doble consonante en español: el grupo «pt-»
Este último grupo de iniciales a principio de palabra forma parte de cultismos de origen griego. Por ejemplo: pteridófito/pteridofito, pterodáctilo y otras voces con ptero-, como ptialina, ptolemaico, ptosis, etc. Al tratarse de voces restringidas al ámbito científico-técnico, en el uso culto se emplean normalmente las grafías etimológicas que conservan el grupo «pt-». Sin embargo, también son válidas las formas que lo reducen a t-. Estas últimas formas ya son frecuentes en el nombre del propio Tolomeo y su derivado, tolemaico. Algunas han perdido la p- por completo y solo se escriben según su forma fonética: tisana, tisis o tomaína. Y hablando de t-, no olvides que tsunami también se puede escribir como sunami.
La importancia de unificar la grafía de las palabras
Como ves, los casos en los que no se admite la doble grafía son escasos. Esa ventaja significa que debemos estar vigilantes en el proceso de unificación de nuestros textos: tanto si optamos por la doble consonante como por la consonante simple al inicio de palabra, debe aparecer una única grafía para cada una. Si optamos por psicólogo en lugar de sicólogo, cada vez que nos refiramos al profesional de la salud mental debe aparecer con su p al inicio de palabra. Igual que, si optamos por nemotécnico, no podemos combinar mnemotécnico y nemotécnico arbitrariamente, a nuestro antojo y capricho.
Para otra ocasión dejaremos la doble consonante en interior de palabra. Otro asunto complejo que da muchos quebraderos de cabeza a los hispanohablantes de todo el mundo: ¿transporte o trasporte?, ¿transfusión o trasfusión?, ¿consciencia o conciencia?, ¿subscribir o suscribir? Lo contaremos, cómo no, en otro artículo de La Lengüeta.
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